miércoles, 3 de marzo de 2010

La isla de las serpientes


Brasil. Estado de Sao Paulo. No muy lejos de la costa, una pequeña isla de apenas 3 kilómetros cuadrados y escarpado relieve permanece completamente desierta... ¿Desierta? No, porque en cada metro cuadrado de la isla conocida como Queimada Grande habitan 5 serpientes terriblemente venenosas. La golden lancehead es un ofidio en peligro de extinción que habita únicamente en esta isla y cuyo veneno tiene la divertida facultad de hacer que tu carne se pudra hasta los huesos. El ejército brasileño, con buena lógica, prohíbe el acceso a la ínsula porque cada visita humana se convierte en tragedia. La única estructura construida en la isla es un faro. ¿Quién lo hacía funcionar? Un farero, que vivía allí con su familia. ¿Qué pasó con el farero y su familia? Que una noche las serpientes asaltaron su casa y se los comieron a todos.
Un pescador que osó acercarse demasiado con su bote a la orilla de Queimada Grande sufrió idéntica suerte: sólo encontraron un esqueleto y restos de sangre en su barca.
Y seguramente te preguntarás: "¿Cómo es posible que sobrevivan tantas serpientes de la misma especie en una isla sólo habitada por ellas? ¿Acaso se comen unas a otras?". Pues no: lo que pasa es que tienen un metabolismo extraordinariamente lento y les basta con comer una o dos veces al año. Y tienen la suerte de que su isla se encuentra en plena ruta de retorno de las aves migratorias que, ignorantes del peligro que las acecha, se detienen a descansar un ratito en la isla. En cuanto posan una pata, están muertas.