domingo, 27 de diciembre de 2009

La leyenda de los osos panda


Hace poco escribí sobre el tema de la trepanación en una entrada que incluía un curioso y truculento vídeo de dicha operación practicada rústicamente por una tribu africana. Como compensación para aquellos lectores que se sintieron sobrecogidos por la crueldad descarnada de dichas imágenes, hoy adjunto un tierno vídeo que me hace reír por más veces que lo vea...
¿Alguna vez os habéis preguntado por qué los osos panda tienen ese pelaje tan característico? La leyenda cuenta que un día un oso panda fue atacado por un tigre. Una niña trató de defenderlo y el tigre se la comió. Cuando los pandas, que en ese tiempo eran todos blancos, se enteraron de la historia, se entristecieron mucho, y se pusieron ceniza en las patas en señal de luto. Cuando se abrazaban se pintaban el lomo de negro y, cuando se secaban las lágrimas, se pintaban la cara y las orejas. Por eso ahora los pandas son bicolores, en memoria de aquella valerosa niña.

viernes, 18 de diciembre de 2009

El Turco, el autómata que derrotó a Napoleón y Benjamin Franklin


En la década de 1780, un maniquí ataviado con ropajes otomanos causó sensación entre las cortes reales de toda Europa. ¡El muñeco, capaz de pensar por sí solo, derrotaba a jugadores de ajedrez de reputación internacional! El propietario y creador de semejante prodigio, Wolfgang von Kempelen, lo llevó de gira por todo el continente, realizando siempre la misma exhibición: primero abría los paneles de la mesa sobre la que se asentaba el maniquí, mostrando al público asistente el complejo mecanismo de relojería que daba vida a 'El Turco', como fue bautizado el autómata. A continuación, el maniquí jugaba contra cualquiera que osase desafiarle y, casi siempre, ganaba. Muchos científicos de la época estudiaron el caso buscando una explicación, pero el único truco que se les ocurría era que un niño o un enano se encontrase oculto entre los engranajes de relojería y accionase de algún modo el maniquí, pero no parecía factible, puesto que Kempelen siempre enseñaba los engranajes antes de las partidas y, además, el espacio era mínimo.
Durante una exhibición en París, Benjamin Franklin disputó una partida contra 'El Turco' y, como tantos otros, fue apalizado por el muñeco.


En 1809, en la localidad de Schönbrunn, durante la campaña de Wagram, 'El Turco' derrotó al gran estratega de la época, Napoleón Bonaparte, que, la verdad sea dicha, tampoco es que jugase demasiado bien al ajedrez a juzgar por su apertura, directa a la búsqueda del mate pastor. Tras rechazar el burdo ataque del azote de Europa, 'El Turco' le hizo morder el polvo en 24 movimientos.


El secreto del asombroso ingenio perduró a través de las décadas, aunque cambió de propietario varias veces y llegó a hacer una gira americana. Finalmente, en 1854, a los 85 años de edad, 'El Turco' feneció, destruido en un incendio... Y el hijo de su último propietario desveló el gran misterio: los mecanismos de relojería y un cajón de la cabina no se extendían hasta la parte posterior, donde se encontraba un tablero de ajedrez secundario, que una persona escondida empleaba para seguir el juego. El fondo del tablero principal tenía un resorte bajo cada escaque y cada pieza contenía un imán. Este intrincado sistema permitía al operador oculto saber qué pieza había sido movida y adónde. El operador hacía su movimiento mediante un mecanismo que podía encajarse en el tablero secundario, indicando al maniquí dónde mover. Ni que decir tiene que la persona oculta era un gran maestro de ajedrez y, durante su larga trayectoria, fueron 15 los genios ajedrecísticos que se llegaron a ocultar en su interior.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Trepanación


La trepanación ya se practicaba en el Neolítico y fue bastante común en el Antiguo Egipto (hubo una época en la que todos los faraones eran trepanados antes de morir para que su alma abandonara mejor su cuerpo), en la antigua Grecia y entre algunas tribus indias de Perú. Supuestamente, servía para curar enfermedades mentales. Hoy en día, sólo se utiliza en la neurocirugía para acceder al cerebro. Pero... ¿podría ser cierto que hacerse un agujero en el colodrillo otorga poderes sensoriales sobrenaturales? Algunos chamanes centroamericanos consentían en ser trepanados para que alguien pudiese soplarles por el agujero y así, gracias a ese aporte extra de oxígeno en el cerebro, poder pensar con una rapidez y claridad extraordinarias. Otra teoría, más popular, sostiene que la trepanación proporciona una mayor irrigación sanguínea en la zona de la cabeza en la que se localiza el orificio y, de ese modo, los sentidos se agudizan, lo que proporciona unas habilidades muy útiles en entornos de naturaleza hostil.
Quien tenga el estómago duro, que vea el siguiente vídeo: la trepanación es habitual entre los habitantes de esta aldea africana, quienes, tras la intervención, han de portar sombrero de por vida para ocultar el estropicio...