martes, 24 de marzo de 2009

El origen de los gremlins


Todos recordáis la mítica película Gremlins (1984), en la que un pequeño pueblo estadounidense sufría el ataque de unos simpáticos seres malóvolos, nacidos de la chepa de un entrañable peluche, que destruían todo a su paso. Pero no es tan conocido el hecho de que la película se inspiró en un libro "infantil" escrito por Roald Dahl, piloto británico de combate y escritor, en 1943. Los aviadores de la Royal Air Force destinados en Oriente Medio durante la II Guerra Mundial hablaban entre ellos de los gremlins, unas criaturas malévolas que adoraban destruir maquinaria, para explicar la inmensa cantidad de averías y destrozos que sufrían sus aviones en los vuelos de reconocimiento sin necesidad de recibir impactos de bala enemigos. Tantos eran los aviones que se estrellaban sin razón aparente, que los pilotos de la RAF creían que los malditos gremlins se escondían en los recovecos de sus aeronaves para sabotearlos en vuelo (hay que decir que los gremlins se remontan a la tradición oral sajona más antigua, procediendo del inglés antiguo grëmian, que significa "mortificar o hacer enfadar").
Dahl no sólo creó a los modernos gremlins ni mucho menos. Fue autor de obras tan populares como 'Charlie y la fábrica de chocolate', 'James y el melocotón gigante', 'Las brujas' o 'Matilda'. Y además escribió la adaptación al cine de dos obras de Ian Fleming tan dispares como la novela sobre James Bond 'Sólo se vive dos veces' y el filme infantil 'Chitty Chitty Bang Bang'.

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