jueves, 29 de enero de 2009

El gran Harry Houdini

No hay muchas actuaciones de Houdini que hayan sido grabadas; quizá por ello su leyenda sea tan grande: las hazañas siempre parecen más meritorias cuando te las cuentan... Viéndolo en acción, uno se pregunta si intenta escapar o si está sufriendo un ataque epiléptico:

lunes, 26 de enero de 2009

Los monstruos de Lovecraft


Nunca me ha gustado el estilo sintáctico de Howard Phillips Lovecraft (1890-1937). Sus construcciones me parecen farragosas e innecesariamente emperifolladas (bastante propias, por otro lado, de los autores estadounidenses de principios del siglo XX). Pero eso no quita para que sus creaciones me gusten. Porque, si bien la forma de su literatura no me parece buena, el fondo, las historias que cuenta, me parece magnífico. Y al fin y al cabo, la literatura no es más que contar historias. Al que ya le haya leído, no le descubriré nada nuevo, y al que aún no haya tenido el placer, espero no reventarle ninguna trama.
El terror que cultivó Lovecraft fue uno de tipo físico-atávico, mezclado con el género de ciencia-ficción. Algo así como las pelis de 'Alien', vamos. Pero todo ello en la atmósfera de los relatos de Poe. ¿Un 'Alien' gótico? Por qué no...
¿De dónde sacó la inspiración, en aquella época de no-televisión, para llenar sus libros de extraterrestres superpoderosos reconvertidos en deidades de las profundidades? De la astronomía, por un lado. El tipo quería estudiarla en la universidad, pero nunca se graduó en el instituto porque una crisis nerviosa le impidió aprobar el examen final de Matemáticas (la vergüenza por no haberse graduado le persiguió toda su vida). Se crio en Rhode Island, descendiente directo de unos de los primeros pioneros del Mayflower y toda la pesca. Su padre murió loco en un hospital cuando Howard era pequeñito y su madre le mortificó durante toda su infancia diciéndole que era feo (no por cierto deja de ser cruel) y que nunca llegaría a triunfar, aparte de ordenarle que no jugara con niños de inferior categoría social. Total, que creció sin amigos, con la única compañía de los libros de la biblioteca de su abuelo y tan enfermizo, que cualquier temperatura inferior a los 20 grados centígrados le hacía sentirse fatal físicamente.
Conociendo esos datos, uno puede hacerse una mejor idea de lo que empujó a Lovecraft a crear tan magníficos monstruos y mitologías. ¿Que todavía no has leído nada suyo? ¿Y a qué esperas?

lunes, 19 de enero de 2009

Coltán: nuestro vergonzoso secreto


¿Oro? ¿Petróleo? ¿Diamantes? No. El principal material estratégico en el siglo XXI es el coltán (o coltan), una mezcla de dos minerales: columbita y tantalita. ¿Que por qué es tan importante? Pues porque de él se extrae el tantalio, que se usa principalmente en la fabricación de condensadores, y esos condensadores electrolíticos de tántalo están en casi todos los ordenadores, teléfonos móviles, pantallas de plasma, cámaras digitales... Y es que estos condensadores de tántalo son más exactos, soportan mayores temperaturas y son muchísimo más pequeños que los demás. Es decir, que si queremos tecnología miniaturizada, necesitamos coltán.
El problema es que el coltán es un material muy escaso. Y el 80% de las reservas mundiales se encuentra en el Congo. Más concretamente, cerca de la frontera con Ruanda. De vez en cuando nos llegan noticias de la guerra que arrasa esa zona del planeta desde hace muchos años. Luchas tribales, golpes de Estado... Nos suenan diversas causas, pero la principal, poder controlar los yacimientos de coltán, pasa desapercibida. Actualmente, los ruandeses controlan la explotación y lo venden a los países del primer mundo. Y como los países del primer mundo son los que se benefician de ese expolio en suelo congoleño, continúan financiando y suministrando armas a Ruanda, Uganda y Burundi en sus guerras contra Angola, Namibia, Zimbabue, Chad y las milicias Hutu y Mai Mai.
Y aquí es indispensable para que funcionen nuestros aparatitos tecnológicos, que venden las mismas megacompañías que sostienen una importantísima parte del pastel publicitario que ingresan los medios de comunicación. En consecuencia: hablar de los diamantes de sangre en los medios y que la gente se conciencie, vale; pero hablar del coltán, la verdadera lacra de África Central, está prohibido. No lo veremos nunca en nuestro medios de comunicación de masas.
Aquí abajo os dejo una imagen de una de esas minas, en las que, por cierto, los niños son los trabajadores más valorados: tienen manos pequeñas y hábiles, comen menos y se quejan muy poco.

lunes, 5 de enero de 2009

¿Qué fue de Al Capone y Eliot Ness?


Es bastante conocido el pulso que mantuvieron el gánster Al Capone y el agente del Departamento del Tesoro estadounidense Eliot Ness durante la época de la Ley Seca en la ciudad de Chicago. Aquella historia termina en octubre de 1931, cuando Capone fue condenado a 11 años de prisión por 22 cargos de evasión fiscal principalmente. Pero... ¿qué fue de Ness y Capone?
Alphonse Capone, al que podéis ver aquí abajo cuando era joven (casi adolescente, pero ya da miedo el tipo), comenzó a cumplir su condena en 1932 en una prisión de Atlanta (la celda que podéis ver arriba, especialmente acondicionada por él mismo, es en la que estuvo durante 10 meses de 1929-30 por posesión de un arma encubierta), pero, como seguía controlando todos sus negocios desde la cárcel sin problemas, en 1934 fue trasladado a Alcatraz.

En Alcatraz le prohibieron toda comunicación con el exterior y empezó a sufrir demencia (causada por una sífilis sin tratar que una prostituta le contagió de jovencito). Muy enfermo, fue liberado en 1939 y se retiró a una casa que tenía en Miami. Se recluyó totalmente y murió de un derrame cerebral en 1947.
Por su parte, Eliot Ness, tras la condena de Capone, fue ascendido a Investigador Principal de la Oficina de Prohibición para Chicago y, cuando terminó la Ley Seca, en 1935, fue nombrado Director de Seguridad Pública de Cleveland. En esa ciudad luchó contra la corrupción en la Policía y el Cuerpo de Bomberos, pero cayó en desgracia al ser incapaz de atrapar a un cruel asesino en serie, el Asesino del Torso, que mutilaba salvajemente a sus víctimas. Dimitió en 1942 tras sufrir un accidente de coche por conducir bajo los efectos del alcohol (qué irónico). Se presentó para alcalde de Cleveland en 1947, pero perdió. En 1957 publicó su famoso libro 'Los Intocables', que serviría de inspiración a tantas obras del cine y la televisión. Pocos meses después murió de un infarto.